CAMBIO DE PARADIGMA

La urgencia de defender la diversidad de formas de vida en la Tierra ha revelado la necesidad de restaurar y cuidar la gran diversidad de conocimientos que co-evolucionaron junto a ella. En los últimos años, las humanidades y las ciencias sociales han dado mucha importancia a las narrativas que prevén alternativas orientadas al futuro distintas a la ciencia antropocéntrica occidental, con el fin de hacer frente al deterioro sin precedentes de nuestros sistemas terrestres. Las universidades desempeñan un importante rol en este cambio de paradigma.

La visión de esta institución se sustenta en una serie de transformaciones paradigmáticas interconectadas que vemos necesarias para lograr una mayor justicia socio-ecológica y diversidad epistémica en el mundo. Hoy por hoy, necesitamos de profundo cambio no solamente en la forma de percibir y comprender la realidad, sino en las prácticas, normas y herramientas que utilizamos para transformarla.

El proyecto apuesta por un paradigma biocultural que reconoce que la naturaleza y la cultura forman relaciones ecológicas inseparables. En lugar de racionalizar el conocimiento con el propósito utilitario de dominar y mercantilizar los procesos naturales, el paradigma biocultural aboga por la cohabitación ética entre los humanos y todos los demás seres. La urgencia de defender la diversidad de formas de vida en la Tierra ha revelado la necesidad de restaurar y cuidar la gran diversidad de conocimientos que co-evolucionaron junto a ella. En los últimos años, las humanidades y las ciencias sociales han dado mucha importancia a las narrativas que prevén alternativas orientadas al futuro distintas a la ciencia antropocéntrica occidental, con el fin de hacer frente al deterioro sin precedentes de nuestros sistemas terrestres. Las universidades desempeñan un importante rol en este cambio de paradigma. La educación ha sido cómplice de nuestra actual crisis socio-ecológica, pero ahora puede convertirse en un poderoso instrumento para fomentar relaciones mutuamente enriquecedoras entre los seres humanos y la Tierra. En efecto, dichas universidades deberán ser "instituciones sociales", o más bien “socio-ecológicas”, radicalmente distintas.

Para empezar, la pluralidad de prácticas de conocimiento abre un diálogo entre diferentes sistemas de pensamiento. Al mismo tiempo, también vincula un conjunto mucho más amplio de seres vivos que participan en la creación del conocimiento.

Vivimos en un mundo en el que el territorio está animado, es decir, en el que los ríos, los bosques, los animales y las plantas no son sólo seres vivos, sino también entidades sensibles, cognitivas e incluso sujetos de derechos. En una palabra, son seres culturales ya que nunca han sido el telón de fondo de la acción y la historia humanas sino participantes activos de un mundo animado. Esto significa que el territorio enseña y que los humanos aprenden con el territorio. El aprendizaje ocurre en y a través del territorio y de la mano de los mundos vegetales, minerales, animales, cósmicos e invisibles que dicho territorio abarca. Al cultivar activamente estas relaciones pluri-epistémicas, Devenir Universidad indaga cómo la naturaleza, el bosque y el territorio pueden concebirse como socios activos en la co-creación del conocimiento y cómo esta visión da forma a la investigación territorial, las epistemologías, las metodologías y las pedagogías de cara a la naciente universidad indígena.

El reconocimiento de la pluralidad de saberes y formas de vida también busca contribuir a la descolonización de la educación y fomentar la justicia cognitiva en la región Andino-Amazónica de Colombia y más allá.

A partir de experiencias y prácticas de enseñanza y aprendizaje en diferentes contextos, hemos llegado a definir la enseñanza y el aprendizaje como procesos profundamente colaborativos y, en última instancia, transformadores. De este modo, el co -aprendizaje consiste en la conversación colectiva de temas socio-ecológicos y los contextos en donde emergen, creando espacios para una forma de imaginación encarnada en prácticas materiales concretas. Consideramos que este enfoque está relacionado con formas decoloniales de educación.